Los más destacados representantes del
movimiento filosófico político del siglo XVIII fueron tres escritores
franceses: Montesquieu,
Voltaire y
Rousseau.
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Montesquieu, retrato anónimo del siglo XVIII. |
Montesquieu (1689-1755): Charles de Secondat, barón
de Montesquieu, descendía de una noble familia de magistrados y ocupó altos
cargos en el parlamento de Burdeos.
En 1721 publicó las “Cartas Persas”, hábil sátira en la que un viajero persa censura con agudeza el
absolutismo francés.
Montesquieu viajó por
Europa y residió dos años en Inglaterra, lapso que aprovechó para estudiar la
organización política y social de ese país .
En 1748 editó su obra
maestra, titulada El
espíritu de las leyes, después de trabajar en ella veinte años.
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Portada de la primera edición de "El Espíritu de las Leyes". En ella no figura el nombre del autor. |
En esta obra expuso su teoría
sobre una posible organización política de los países. Expresó su desacuerdo con
la tradicional división de los gobiernos formulada por Aristóteles en el siglo
IV a.C. (monarquía, aristocracia, democracia).
En una nueva clasificación, Montesquieu
los distingue como monárquicos, republicanos y despóticos. Negó que existiera
una forma de gobierno universal adaptable a todos los pueblos, por cuanto las
instituciones políticas y sociales de un Estado dependen de variados factores
que influyen sobre sus leyes: históricos, sociales, geográficos, etcétera.
Admirador
del régimen inglés, se inclinó hacia la monarquía
parlamentaria, basada en el honor (la nobleza) y controlada por las
leyes.
Enemigo de la opresión y del despotismo, enunció su famosa teoría sobre la separación de poderes:
-
el ejecutivo, en la persona del rey, quien hace cumplir las leyes;
-
el legislativo, encargado de redactarlas, debe recaer en
una Cámara de la nobleza (análoga a la de los Lores) y otra de representantes,
de la que deben excluirse los pobres;
-
el judicial, que debe ser totalmente independiente, única forma de que pueda proteger
los derechos de los individuos contra las arbitrariedades de los otros dos
poderes.
La separación de
poderes tuvo gran influencia posterior, por cuanto la adoptaron los constituyentes
americanos y los gobiernos franceses que siguieron a la Revolución.
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Voltaire, copia de busto de Jean-Antoine Houdon (1778, Fundación Thomas Jefferson) |
Voltaire (1694-1778). Es el seudónimo que
utilizó François Marie Arouet. De origen burgués, se destacó desde temprana
edad por su facilidad para las letras, y a través de su larga vida escribió
novelas, poemas, obras de teatro y abundante material filosófico.
Ingenioso y polemista,
sus primeros trabajos literarios le originaron conflictos con la nobleza; fue
encarcelado en la Bastilla y luego se exilió en Inglaterra, donde las
instituciones y la política religiosa del país despertaron su admiración.
A su regreso publicó las Cartas Filosóficas, en las que criticó el régimen imperante
en Francia; por eso fue perseguido y tuvo que radicarse en Lorena, más tarde en
Postdam- donde fue huésped del rey Federico II-, y por último, en la frontera
franco-suiza. Hasta su muerte, ejerció un predominio intelectual sobre toda
Europa.
Voltaire fue un crítico
mordaz, agresivo, polemista e ingenioso. Profundo admirador de las
instituciones inglesas, defendió con todo vigor la libertad individual e inició
una "lucha general contra toda autoridad". Profesaba el deísmo y
creía en la inmortalidad del alma. Con múltiples escritos atacó al clero y a
la monarquía absoluta.
Como ha dicho un autor : "Su anticlericalismo fue feroz y
convirtió en una verdadera manía su aversión a la Compañía de Jesús".
En
sus ideas políticas estuvo lejos de ser un demócrata. Concibió al gobierno
"como un mal necesario" y se mostró partidario de una monarquía
ilustrada o una república dirigida por la burguesía. En este último aspecto
conviene destacar que Voltaire temió siempre al elemento popular, probablemente
por una posible reacción ante sus ataques contra la Iglesia.
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Rousseau, busto de Jean-Antoine Houdon (1779, Museo del Louvre) |
Rousseau (1712-1778). Juan Jacobo Rousseau nació
en Ginebra. Hijo de un relojero francés, creció en medio de abandono e
indiferencia; su humilde origen le obligó a ejercer diferentes oficios.
De talento superior,
inquieto y voluntarioso, llevó una vida aventurera y bohemia. Sufrió muchas
humillaciones, por esto despreció la sociedad y amó la Naturaleza.
En esas épocas, Ginebra era una pequeña
república, de mínima importancia. Rousseau pasó la mayor parte de su vida en
Francia, admirando siempre los paisajes de su tierra.
Tenía treinta y siete
años y no había logrado destacarse como pensador y escritor. En octubre de 1749
Rousseau ganó el concurso de la Academia de Dijón y alcanzó celebridad con un
trabajo sobre el tema “Si el progreso de las ciencias y artes había
contribuido a corromper o a purificar las costumbres”.
Expuso sus doctrinas
políticas en el Contrato
Social (1762),
obra que ejerció poderosa influencia en las generaciones posteriores. En ella
afirma que el hombre vivió originariamente en estado natural, lo que significó que
todos eran libres e iguales en derechos. Al aparecer la propiedad privada
surgieron las diferentes formas de desigualdad social, y entonces la única
posibilidad de establecer una comunidad feliz, es ceder los derechos individuales
a la colectividad política (Estado) por medio de un "contrato
social". En esta forma, cada individuo conviene con los demás en
someterse a la voluntad de la mayoría.
Por lo tanto, el Estado
es el representante de la soberanía popular y el régimen perfecto de gobierno
sería la democracia directa.
En otra obra titulada “Emilio” (1762) critica los métodos educativos de su época y propicia el sistema
espontáneo, basado en la libertad del niño y en su propia experiencia. Rousseau
expuso sus vicios, defectos y virtudes en las “Confesiones”, trabajo de sorprendente sinceridad acerca de su vida.
FUENTE:
COSMELLI IBÁÑEZ, JOSÉ:
Historia moderna y contemporánea, 15ª ed., Bs. As., Troquel, 1968, pp. 254- 257 (adaptación)
Los clásicos no pasan de moda.
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