viernes, 3 de julio de 2009

La independencia de las colonias norteamericanas

LA SOCIEDAD DE LAS "TRECE COLONIAS"

La colonización inglesa en Norteamérica se desarrolló, en su mayor parte, en el siglo XVII, impulsada por motivos religiosos y políticos:

- algunos grupos religiosos (protestantes calvinistas), buscaban poder vivir los principios del puritanismo de estilo cuáquero, fundando una sociedad basada en la "pureza moral".
- otros, en cambio, intentaron un gobierno más democrático y participativo que el que podían hallar en Inglaterra, y así las colonias se caracterizaron por su gran autonomía con respecto a Londres.

En el territorio colonial dos regiones se fueron diferenciando:
- el Norte liberal, en su mayoría, familias blancas de artesanos, comerciantes, pequeños propietarios de tierras que producían cereales y que desarrollaron cierta producción industrial (por ejemplo: astilleros). Además, tenían una gran actividad cultural.
- el Sur conservador, controlado por grandes propietarios de tierras que producían algodón, azúcar y tabaco con mano de obra esclava.


A diferencia de los colonos españoles, los norteamericanos rechazaron el contacto con los indígenas y procuraron destruir a los pueblos originarios. No intentaron la evangelización porque consideraban al cristianismo como un privilegio de los blancos. Por ello, sumado al hecho de que la mayoría de los colonos llegaban en familia desde Inglaterra, salvo raras excepciones, no hubo mestizaje con los indígenas.

Para ampliar la información sobre este tema, sugiero visitar la entrada: Las "Trece Colonias" y sus características socioeconómicas.


EL PROCESO DE INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS NORTEAMERICANAS

A pesar de la autonomía tan marcada entre las colonias, cuando Inglaterra pretendió imponerles nuevos impuestos para recuperarse de sus grandes gastos de guerras, los colonos se unieron y comenzaron las protestas.
Los norteamericanos exigieron ser tratados como ingleses, es decir, tener participación en la elaboración de las leyes, ya que no había representantes de las Trece Colonias en el parlamento inglés.
En 1765, Inglaterra impuso a las colonias la "Ley de Imprentas", que afectaba principalmente a las colonias del Norte. Éste fue el primero de una serie de impuestos que provocó gran descontento entre los colonos y condujo a la reunión de un congreso en Filadelfia, en 1774. Los congresales declararon la independencia el 4 de julio de 1776.

En 1773 Gran Bretaña establece un impuesto a ciertos artículos como el té; un grupo de colonos de Boston, disfrazados de aborígenes, arroja al mar un cargamento de té en protesta, sentando un precedente de la independencia: el “Motín del Té” o Boston Tea Party. Litografía de Sarony & Major, c. 1846, Biblioteca del Congreso de EEUU.
En 1781, en Yorktown, las tropas de G. Washington y el Marques de La Fayette derrotaron a las fuerzas inglesas. Óleo de Auguste Couder , 1836. Versalles.

EL SISTEMA REPUBLICANO

Al declararse la independencia, comenzaron las discusiones para establecer la forma de gobierno y el grado de autonomía que tendrían los estados [1].
Las monarquías de la época eran atacadas duramente en Europa, por los abusos de poder de las minorías privilegiadas cercanas al rey (nobleza) y por la imposibilidad de los burgueses de participar en el gobierno o de controlarlo. El sistema republicano garantizaba, entre otras cosas, la división de poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), el equilibrio entre éstos y la independencia entre sí.
Este modelo adoptado por los Estados Unidos, servirá de ejemplo posteriormente para muchos países, entre ellos la Argentina, que adoptará cuarenta años más tarde el sistema republicano.

En 1787, apenas once años después de declararse independientes, los Estados Unidos promulgaron su Constitución, que no incluía en sus artículos la defensa de los derechos individuales (la libertad, por ejemplo) y no hacía mención de la esclavitud [2].

Plantación de algodón en el Sur: la mano de obra esclava sostenía la actividad.

De hecho, los congresales —en su mayoría, representantes de los grandes propietarios agrícolas y de la burguesía mercantil— estaban más preocupados por presentarse como una nación fuerte y organizada frente a Europa, que por defender los derechos del pueblo norteamericano. Enmiendas posteriores cubrieron este vacío.

NORTE INDUSTRIALISTA, SUR ESCLAVISTA

Desde antes de la independencia encontramos en las colonias norteamericanas, dos regiones diferenciadas: el norte, dedicado a la producción industrial con mano de obra asalariada y también, a una producción agrícola a cargo de granjeros —propietarios de pequeñas y medianas extensiones de tierra que abastecían a las ciudades industriales—, y el sur: productor de algodón para exportar a Europa, que se sostenía sobre grandes extensiones de tierra en manos de tradicionales y conservadoras familias blancas, que explotaban, en 1850, a unos 3,2 millones de esclavos negros.

La convivencia entre las dos regiones no tuvo sobresaltos en los primeros tiempos. El sistema esclavista del sur le importaba poco al norte, porque no perjudicaba su desarrollo industrial. El conflicto se inició con la expansión hacia el oeste y la incorporación de los nuevos estados. Cada región trasladó su propio modelo a los nuevos territorios: el norte estableció granjas con explotación familiar o asalariada y el sur grandes plantaciones de algodón, tabaco y azúcar, con mano de obra esclava.

LA UNIFICACIÓN, UNA NUEVA POTENCIA

Las dos regiones tenían diferencias más importantes que estar de acuerdo o no con la esclavitud. El enfrentamiento se produjo cuando hubo que definir cómo insertarse en el mercado mundial: como una potencia industrializada o como un proveedor de materias primas a Europa.

La primera posibilidad, impulsada por el norte, requería una política proteccionista: cobrar impuestos a los productos extranjeros que compitieran con los propios. En cambio el sur, para poder exportar, necesitaba del libre comercio.
Estas dos políticas eran incompatibles para un mismo país. La excusa para ir a la guerra fue la extensión de la esclavitud a los nuevos estados del oeste, pero el motivo que llevó al norte al conflicto fue el convencimiento de que el modelo esclavista no podía sobrevivir al sistema capitalista del siglo XIX. Por lo tanto era necesaria la integración de las dos regiones y la abolición del sistema sureño.

Fue durante la presidencia de Abraham Lincoln (1861-1865) cuando se inició la Guerra Civil. Si bien el ejército sureño tenía los mejores generales y mayor preparación, los recursos económicos y tecnológicos del norte triunfaron. El resultado fue devastador: 600 mil muertos y 8000 millones de dólares de pérdidas.
Al finalizar la guerra, el crecimiento de los Estados Unidos fue extraordinario. La acelerada industrialización, aumento demográfico (en parte, por la inmigración) y un mayor protagonismo mundial.
En el sur quedó abolida la esclavitud, pero el racismo continuó practicándose, haciendo su aparición el Ku Klux Klan. Esta era una organización política secreta integrada por blancos racistas, partidarios de una sociedad en que blancos y negros vivieran separados. La utilización de la violencia contra los negros y los defensores de éstos, caracterizó a esta organización.

La nueva potencia atravesó tres etapas durante el siglo XIX: la expansión hacia el oeste, la guerra civil y la etapa de los magnates ladrones. Las dos primeras fueron transformadas en mito popular norteamericano, gracias a la literatura, las historietas y el cine. La tercera no pasó a integrar la leyenda norteamericana.
Este último período se caracterizó por el enriquecimiento acelerado de empresarios que encontraron el campo propicio en una sociedad que no establecía un claro marco legal para controlar los negocios. Abundó entonces la corrupción, la especulación, la represión a través de ejércitos de vigilantes pertenecientes a las empresas, la explotación de los obreros (muchas veces inmigrantes, orientales y latinos) y las estafas permitidas por las concesiones del Estado, sobre todo, en los ferrocarriles. Todo esto posibilitó que jóvenes sin trayectoria familiar empresarial, pudieran obtener grandes fortunas. Un ejemplo es el de John D. Rockefeller, que de bibliotecario pasó a ser el principal empresario mundial del petróleo. Estos hombres fueron los que influyeron en la política de Estados Unidos que entró en el siglo XX convertido en potencia mundial.

La peculiar idiosincracia estadounidense y su compleja relación entre individualismo, idea de predestinación, cultura "aldeana" y belicismo consecuente con su pasión por las armas, fueron retratados por el controvertido documentalista Michael Moore en "Bowling for Columbine" (2002). A continuación, un fragmento del film que retrata esa idiosincracia con profunda acidez.



FUENTE: Impreso sin datos (requerido a quien los conozca, muchas gracias). Adaptación.

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1- La discusión por la autonomía aún está vigente en los EEUU, y ha dado lugar con el tiempo a la aparición de un "Partido Libertario", aunque los principios del libertarianismo son defendidos incluso por miembros de otros partidos dentro y fuera de EEUU.
2- Los congresales evitaron tratar el tema de la esclavitud, porque consideraron que no era tan trascendente y que dividiría al país en dos. 

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